Parece una máquina del tiempo, que nos permite volver a la seguridad del pasado, como si nunca hubiéramos tropezado con el susto del presente. Ctrl + Z es mágico; es casi un dios.
Sabemos que todos los homenajes prestados a la Santísima Virgen en su mes –y en cualquier día del año– tienen como motivación última el culto debido a Jesucristo.